lunes, 21 de noviembre de 2011

Etiquetas





Tras intentar sin éxito explicarle a sofía la razón de la etiqueta en un plato mientras lo lavaba, me pidió que la ayudara a sacar una "etiqueta" que tenía molestamente uno de sus muñecos..
rápidamente descubrió que varios de ellos los tenían!!!.. incluso su ropa!!!.
Fue allí donde le declaró la guerra a las etiquetas..
Mientras le ayudaba cortando todas las que Sofía encontraba, razonaba para mí mismo que estas cosas no están realmente destinadas para los niños.. no son parte ni de la vestimenta, ni mucho menos de un regalo, si no más bien están hechos para los adultos, en búsqueda de demostrar la legitimidad de un producto, el origen, dónde se compró, qué tan actual es, todos ellos datos que un niño no necesita saber ni le son trascendentes a la hora de elegir jugar con uno o con otro.
Hay etiquetas grandes y otras discretas, normalmente siendo las primeras las de productos más caros y allí caigo nuevamente: la etiqueta es parte de un producto y no de un juguete.

Un niño no extrañará la etiqueta de un juguete, pero un padre sí lo verá extraño si este es sustraido antes de entregárselo, por ejemplo al regalo de un sobrino.

Vanidad, nada más que eso.

Gracias Sofía por llevarme a este pensamiento que posiblemente hace valer aun más este día contigo.